Extenso territorio que combina mar y ruralidad, se proyecta como un destino de playa ideal para unas vacaciones en familia
(CuatroCaminos) Bahía San Blas, es una localidad del sur de la provincia de Buenos Aires, Municipio de Patagones, que cuenta con 3500 habitantes permanentes pero que llega a recibir más de 100 mil turistas en temporada de verano.
En dirección note sur, viajando por ruta nacional 3, Bahía San Blas se ubica a 279 kilómetros de distancia de la ciudad de Bahía Blanca. En dirección contraria, son 106 kilómetros los que separan a este balneario del sur bonaerense de la ciudad de Viedma, capital de Río Negro.
Es reconocido mundialmente como un rincón de pescadores y ese fue su atractivo casi exclusivo en las últimas décadas. Pero hoy se proyecta como uno de los destinos de playa más buscados en épocas de pandemia para las familias que quieren descansar y sentirse seguros.
Bahía San Blas es un archipiélago conformado por tres islas. La más grande de ellas, la Isla del Jabalí, es donde se asienta el centro urbano que simplemente de costa, cuenta con más de 100 kilómetros lineales que se pueden recorrer en vehículo.
La oferta de alojamiento va desde el camping (habilitado en pandemia) hasta complejos con piletas climatizadas. La gastronomía está principalmente ligada a los frutos de mar: la ostra japonesa que abunda en el lugar y la variedad de pescados. Pero también se utiliza mucho las carnes de los animales que se crían en la región . (ver aparte)
Bahía San Blas es la combinación precisa entre mar y ruralidad. La Isla del Jabalí se extiende más allá de lo que tus ojos pueden ver. Aunque el desarrollo inmobiliario es importante, aún queda mucho monte para recorrer, mucho campo para respirar aire puro.
Esa característica hace que, aun en los meses de plena ocupación y con un promedio de renovación de turistas cada tres días, no se produzcan aglomeraciones en las playas, ni en el centro urbano. Como todo pueblo patagónico que creció sin límites fronterizos visibles (naturales o políticos) presenta calles extensas que te invitan a perderte. Un lugar ideal para quienes aman la naturaleza, pero también para quienes gustan de captar buenas imágenes con una cámara fotográfica o un celular.
Pero uno de los atractivos mayores es la calidez de su gente. “Esta debería ser la capital del saludo”, escuchamos decir a alguien en la calle. Es así, cada persona con la que te cruzas te saluda, aunque claramente no te ha visto jamás. Con ese simple gesto se diferencia a los habitantes de San Blas de los turistas.
Pero si el marco natural y la calidez de sus habitantes resulta atractivo, su historia – incierta- es más rica aún.
El pueblo que no sabe cuándo nació.
Bahía San Blas, en su nacimiento, mezcla como la mayoría de los pueblos costeros de la Patagonia leyendas que conjugan piratas; cazadores de lobos marinos; desertores de alguna guerra o deuda; potentados que pudieron hacerse de grandes extensiones de territorio por precios viles; ex convictos; doncellas desterradas; campesinos; pueblos originarios y un sinfín de personajes pintorescos.
En realidad, hay un desfasaje histórico. Nadie sabe a ciencia cierta cuándo nació Bahía San Blas. Aunque todos los 18 de octubre se celebre el aniversario del pueblo con cocina popular de vaquillonas y corderos. Esa fecha –arbitrariamente- fue impuesta por una ordenanza, según la cual el día 18 de octubre de 1821, el Estado Nacional decidió establecer un destacamento policial en la isla.
¿Cuándo nace un pueblo?. En realidad las fechas de nacimiento de los pueblos son siempre arbitrarios, pero San Blas se ha convertido en una localidad revisionista de su historia, que no se conforma con el sello de una ordenanza y estiman que las bases de lo que hoy se conoce como pueblos viejo son mucho más nuevas. En los años 1884 o 1908.
Lo cierto es que hay edificios que datan desde 1897, como el actual Hotel Pueblo Viejo, construcción que fue remodelada pero que conserva lo esencial de la arquitectura de la época.
Hay leyendas que se remontan a 1897 y que conectan a la isla con el intento de invasión de las tropas brasileras al Fuerte del Carmen en la desembocadura del río Negro. Pero hay además antecedentes de dos familias que aun en el imaginario colectivo local están unidas al nacimiento del pueblo. Las familias Murjos y Wasserman.
A la primera se la reconoce como pioneros en habitar el sector que hoy se denomina Pueblo Viejo. A la segunda, como una familia de hacendados que no residían en el lugar, pero contaban con una hacienda en donde se criaban caballos pura sangre y se utilizaba como remanso para militares encumbrados; presidentes y hasta miembros del jet set internacional.
Gastronomía para todos los gustos
En Hotel San Blas podes encontrar una cocina a gusto de paladar exigente. Si querés productos de mar, hay. Si sos celíaco o vegetariano, lo tienen en cuenta y te preparan el plato a tu medida. Pero el lujo de la casa es el cordero al romero en reducción de cerveza negra al que el chef Martín Heredia le dedica cuatro horas de fuego lento en disco.
El plato se ha vuelto tan popular, que en la temporada 2019-2020 llegaron a cocinar 90 corderos.
Para los langostinos, nada mejor que un aggiorno de la comida tailandesa y un rebosado que incluye coco, semillas de sésamo acompañado de un deep de salsa picante.
“Hay un concepto en la gastronomía que originalmente se llamó kilómetro cero, en donde vos tratas de adquirir toda la materia prima de tu cocina a menos de 100 kilómetros a la redonda en donde tenes tu puesto gastronómico”, asegura Martín
Bajo ese concepto, por lo menos el 40 por ciento de la carne vacuna y ovina, los huevos de campo, las verduras y por supuesto los frutos de mar que se utilizan en la cocina de Hotel San Blas, se obtienen en la isla.
El recuerdo obligado, alfajores artesanales
En la tarde, no hay nada más lindo que te reciban con un café y un alfajor, golosina/merienda preferida de los argentinos. Pero además, recuerdo entrañable, mejor regalo de vacaciones para familiares y amigos.
Ivana Cerletti y Graciela López decidieron inaugurar en Bahía San Blas una tradición que se repite en cada destino turístico del país. Comenzaron a elaborar alfajores de chocolate y nuez en la cocina de sus casas y hoy, con local propio, venden a raudales.
“Hace tres años empezamos con este proyecto, porque nos gusta la repostería. Buscamos diferentes recetas, hasta que encontramos la mejor. Usamos siempre productos de calidad, aunque los costos se disparen. Vimos que se vendía muy bien y desde hace unos meses que estamos en el local donde además ofrecemos servicio de cafetería”, aseguraron las emprendedoras de Shark.
Además de los alfajores, que en plena temporada pueden llegar a vender 40 docenas diarias, ellas elaboran las mejores tortas y huevos de pascua.
Shark, la marca que eligieron para sus productos, obedece a una tradición familiar “los dos negocios que hay en nuestra familia –casas de pesca- se llaman Tiburón. Por lógica teníamos que seguir con esa línea y así surgió este nombre. El packaging lo pensamos desde un primer momento”.
En todos los pros, hay contras
A pesar de sus bondades de clima, de la oferta gastronómica y de alojamiento variada y buenos precios (desde 600 hasta 1500 pesos por persona por día) , la seguridad del lugar y la posibilidad de permanecer por días sin toparse con aglomeraciones, Bahía San Blas presenta una desventaja importante: para acceder hay que recorrer 58 kilómetros de ripio. Un camino, que aunque los esfuerzos municipales se dupliquen en tratar de mantenerlo lo más transitable posible, no es precisamente la parte mas divertida del viaje.
Marcelo Molteni, delegado Municipal y habitante del lugar desde hace casi dos décadas, asegura que San Blas es una potencia que puede llegar a convertirse, en un futuro no muy lejano, en un destino consolidado como es actualmente Las Grutas. Pero sabe que la principal dificultad tiene que ver con la falta de obras de infraestructura para lograr una ruta asfaltada.
“En principio apuntamos a poder pavimentar los primeros 22 kilómetros, que es el sector que menos trabajo demandará. Los restantes 37 kilómetros hay que pensar en correr los alambrados de los campos (privados) e inclusive realizar un nuevo trazado”, indicó el Delegado
Aunque aseguró que hay gestiones encaminadas y que no es un trabajo imposible, aunque no hay fechas certeras para concretarlo.
En la proyección como un posible destino turístico masivo, se presentan otras preocupaciones para quienes gestionan el Estado: la falta de cloacas en la localidad contribuiría a la contaminación del mar, lo que puede derivar en una problemática ambiental con posibles filtraciones de los pozos ciegos hacia el mar.
El tendido eléctrico pensado para una población de tres mil habitantes, en ocasiones, durante las temporadas estivales y de sobrecarga del sistema provoca cortes abruptos del servicio.
Finalmente, aunque la población ha logrado sobrevivir mas de dos siglos con el agua que se junta de las lluvias y potabilizarla para hacerla apta al consumo humano, la explosión turística masiva también influirá en el sistema.
Dormir al arrullo del mar
Mar y campo; gente amable; gastronomía con productos locales y frescos. Bahía San Blas es mucho más que pesca, es un lugar que vibra con energía propia, que te permite desconcetar de cualquier preocupación y dormir escuchando a el sonido del mar.
Si te decidís a ir, recordá que todo viaje se inicia desde el momento en que lo planeas, viajá tranquilo/la, manejá con precaución y no dudes en que va a ser una grata experiencia.
Ficha Técnica:
Ubicación: El Partido de Patagones se ubica al sur de la provincia de Buenos Aires y es limítrofe con la provincia de Río Negro. Se lo considera parte de la Patagonia Argentina.
Cómo llegar: por ruta nacional nº 3 a la altura del kilómetro 918 hay una rotonda que indica un camino de acceso. A partir de ahí, son 58 kilómetros de camino de ripio que atraviesa dos parajes, La Querencias y Casas hasta llegar a la costa.
Conexión: Existen conexiones wi fi y telefonía móvil
Alojamientos disponibles: Más de 8 mil plazas distribuidas entre hoteles, casas, complejos de departamentos y camping.
Tipos de playa: los más de 100 kilómetros de costa que presenta la Isla del Jabalí cuenta con una extensión de playa de canto rodado y abrupto declive; una extensión importante de arena fina y suave declive, ideal para bañarse y una ría (brazo de mar).
Recomendación: No uses el gps o apps satelitales para tratar de encontrar el camino, funcionan mal y podés terminar manejando muchos kilómetros de mas por caminos sinuosos.